Dominus Est. Reflexiones de un obispo del Asia Central sobre la Sagrada Comunión.
Dominus Est.
Reflexiones de un obispo del Asia Central sobre la Sagrada Comunión
Autor: Mons Athanasius Schneider
Editorial: Ediciones del Alcázar
I.S.B.N: 978-9874550255
Nro. de Páginas: 49
Tamaño: 12 x 19cm
Pequeño cuadernillo engrampado
Idioma: ESPAÑOL
SINÓPSIS
Anton Schneider nació en Tokmok, Kirguistán (Kirghiz, Antigua Unión Soviética). En 1973, poco después de recibir su primera comunión de la mano del Beato Oleksa Zaryckyj, presbítero mártir, marchó con su familia a Alemania. Al ingresar como miembro de los Canónigos Regulares de la Santa Cruz de Coimbra, adoptó el nombre de Athanasius (Atanasio). Fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1990. A partir de 1999, enseñó Patrología en el seminario de María, Madre de la Iglesia en Karaganda. El 2 de junio de 2006 fue consagrado obispo en el Altar de San Pedro en el Vaticano. En 2011 fue destinado como obispo auxiliar de la Archidiócesis de María Santísima en Astana (Kazajistán), que cuenta cerca de cien mil católicos de una población total de cuatro millones de habitantes. Es el actual Secretario General de la Conferencia Episcopal de Kazajistán. Esta pequeña obra que hoy tenemos la gracia de editar, fue escrita bajo el pontificado de S.S Benedicto XVI y creemos que hoy reviste aún mayor actualidad, dada la gravedad de los abusos, que sufre la recepción de la Sagrada Comunión en tantas iglesias locales, ya sea por ignorancia, o por falta de fe en la Presencia Real de Nuestro Señor en la Eucaristía.
En el prólogo, Mons Malcolm Ranjith señala, en efecto, que esta obra “quiere dar una contribución a la actual discusión sobre la Eucaristía, presencia real y substancial de Cristo bajo las especies consagradas de Pan y del Vino. Es significativo que Mons Schneider inicie su presentación con una nota personal recordando la profunda fe eucarística de su madre y de otras dos mujeres; fe conservada entre medio de tantos sufrimientos y sacrificios que la pequeña comunidad de los católicos de aquel país padeció en los años de la persecución soviética. Partiendo de esta experiencia suya, que suscitó en él una gran fe, estupor y devoción por el Señor presente en la Eucaristía, él nos presenta un excursus histórico-teológico que aclara cómo la práctica de recibir la Sagrada Comunión en la boca y de rodillas fue acogida y practicada por la Iglesia durante un largo período de tiempo… Yo creo que ha llegado la hora de valorar bien la mencionada práctica y de revisar y, si es necesario, abandonar la práctica actual, que de hecho no fue indicada ni por la Sacrosanctum Concilium, ni por los Padres Conciliares, sino que fue aceptada después de su introducción abusiva en algunos países”.
Quienes hemos sido testigos de esta “introducción abusiva” bajo el estupor y escándalo de muchos fieles, nos complacemos en esta edición -en el Centenario de la Revolución comunista anunciada por Nuestra Señora en Fátima-, como modesto homenaje a la fidelidad y fortaleza de quienes en medio de las persecuciones más cruentas no menoscabaron la honra debida al Rey de reyes, presente en la Hostia Consagrada.