La Iglesia Católica y la conversión.

Autor: Gilbert K. Chesterton

Editorial: Vórtice

I.S.B.N: 978-9878494012 

Nro. de Páginas: 216

Tamaño: 18 x 12 cm

Tapa: Blanda

Idioma: ESPAÑOL

 

SINOPSIS

Hacerse católico ensancha la mente. Especialmente ensancha la mente acerca de las razones para hacerse católico. Estando en ese centro donde todos los caminos se encuentran, una persona puede dominar con la mirada todos los caminos por turno y advertir que proceden desde todos los puntos del cielo. El cristianismo es un continente en el sentido literal del término. Llegamos a sentir que él lo contiene todo, aun las cosas que se rebelan contra él. La cobertura o carácter continental de la Iglesia se aplica tanto a las manías modernas como a las viejas manías religiosas; se aplica totalmente tanto a los materialistas como a los espiritistas o a los puritanos. La cultura de la Iglesia Católica realmente es una cultura y el lugar donde realmente las ideas pueden ser cultivadas, pues ese lugar es verdaderamente un jardín. La Iglesia Católica no condena el amor a la poesía o a la fantasía. Ella no condena, sino más bien recomienda, un sentimiento de gratitud por la respiración de la vida. El cristianismo no es una religión: es una iglesia. O sea, una combinación de cosas que son sin embargo una sola cosa. Y esa sola cosa es realmente una. Hay solamente una especie y hay solamente un ejemplo.

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Autor: Gilbert K. Chesterton

Editorial: Vórtice

I.S.B.N: 978-9878494012 

Nro. de Páginas: 216

Tamaño: 18 x 12 cm

Tapa: Blanda

Idioma: ESPAÑOL

 

SINOPSIS

Hacerse católico ensancha la mente. Especialmente ensancha la mente acerca de las razones para hacerse católico. Estando en ese centro donde todos los caminos se encuentran, una persona puede dominar con la mirada todos los caminos por turno y advertir que proceden desde todos los puntos del cielo. El cristianismo es un continente en el sentido literal del término. Llegamos a sentir que él lo contiene todo, aun las cosas que se rebelan contra él. La cobertura o carácter continental de la Iglesia se aplica tanto a las manías modernas como a las viejas manías religiosas; se aplica totalmente tanto a los materialistas como a los espiritistas o a los puritanos. La cultura de la Iglesia Católica realmente es una cultura y el lugar donde realmente las ideas pueden ser cultivadas, pues ese lugar es verdaderamente un jardín. La Iglesia Católica no condena el amor a la poesía o a la fantasía. Ella no condena, sino más bien recomienda, un sentimiento de gratitud por la respiración de la vida. El cristianismo no es una religión: es una iglesia. O sea, una combinación de cosas que son sin embargo una sola cosa. Y esa sola cosa es realmente una. Hay solamente una especie y hay solamente un ejemplo.