Possenti, el hijo del gobernador. San Gabriel de la Dolorosa

Autor: Alfredo Mac Conastair

Editorial: San Francisco

Nro. de Páginas: 287

Tamaño: 14,5 x 20,5cm

Tapa: Blanda

Idioma: ESPAÑOL

 

SINÓPSIS

San Gabriel de la Dolorosa es un ejemplo de entrega total al servicio de Dios. Pasó una juventud piadosa, entre amigos y diversiones sanas, pensando a veces en ser religioso, pero sin atreverse a dar el paso definitivo hasta que la Virgen María lo tocó y le habló durante una procesión de su santa imagen. En su vida religiosa fue un modelo para sus compañeros y para todos los que lo conocieron.

Su amor a María fue extraordinario y tomó tan en serio su vida de entrega a Dios que quería grabarse a fuego el nombre de María en el pecho. Hacía muchos sacrificios por amor a Jesús y a María. Y cuando tenía la oportunidad de hablar con alguien, siempre procuraba aconsejarle amar a Jesús y a la Virgen. Sentía un fuego interior que no le dejaba en paz y, a veces, tenía que desahogarse diciendo jaculatorias de amor. Dios bendijo su vida haciendo

después de su muerte innumerables milagros. San Gabriel de la Dolorosa ha sido uno de los santos más milagrosos. Se cumplieron en él las palabras bíblicas: Dios exaltó a los humildes (Lucas 1, 52).

 

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$5.800,00
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Possenti, el hijo del gobernador. San Gabriel de la Dolorosa

Autor: Alfredo Mac Conastair

Editorial: San Francisco

Nro. de Páginas: 287

Tamaño: 14,5 x 20,5cm

Tapa: Blanda

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SINÓPSIS

San Gabriel de la Dolorosa es un ejemplo de entrega total al servicio de Dios. Pasó una juventud piadosa, entre amigos y diversiones sanas, pensando a veces en ser religioso, pero sin atreverse a dar el paso definitivo hasta que la Virgen María lo tocó y le habló durante una procesión de su santa imagen. En su vida religiosa fue un modelo para sus compañeros y para todos los que lo conocieron.

Su amor a María fue extraordinario y tomó tan en serio su vida de entrega a Dios que quería grabarse a fuego el nombre de María en el pecho. Hacía muchos sacrificios por amor a Jesús y a María. Y cuando tenía la oportunidad de hablar con alguien, siempre procuraba aconsejarle amar a Jesús y a la Virgen. Sentía un fuego interior que no le dejaba en paz y, a veces, tenía que desahogarse diciendo jaculatorias de amor. Dios bendijo su vida haciendo

después de su muerte innumerables milagros. San Gabriel de la Dolorosa ha sido uno de los santos más milagrosos. Se cumplieron en él las palabras bíblicas: Dios exaltó a los humildes (Lucas 1, 52).