Nuevo Testamento. Traducción directa de los textos primitivos.

Editorial: Vórtice

I.S.B.N: 978-9878494111

Nro. de Páginas: 443

Tamaño: 15 x 22 cm

Tapa: Blanda

Idioma: ESPAÑOL

 

SINOPSIS

Sabemos que la Biblia fue escrita originalmente en los idiomas hebreo, arameo y griego, y luego traducida a los distintos idiomas, existiendo, en la actualidad, muchísimas versiones en español. Cabe, entonces, preguntarse: ¿Cuál será la mejor versión de la Biblia en castellano?

Lo mismo se preguntaba el profesor William Barclay: “¿Cuál versión nos convendría más?”, Y se respondía: “No existe la traducción perfecta capaz de trasladar cabalmente las palabras de un lenguaje a otro. Cada traducción tiene algo que ofrecer”.

Sin embargo, es necesario conocer cuáles son las buenas traducciones de la Biblia al español y cuáles las menos felices. ¿No habría que dejar ésta preocupación a los estudiosos y conformarnos nosotros con cualquier Biblia Católica? No se puede. Santa Teresita del Niño Jesús, que vivía de la espiritualidad bíblica, sufría mucho a causa de la poca claridad de algunas traducciones: “Me contrista ver la diferencia de las versiones. Si yo hubiera sido sacerdote, habría aprendido el hebreo y el griego a fin de poder leer la Palabra de Dios tal como Él se dignó hablarla en lengua humana”.

He aquí una de las características de la Biblia de Monseñor Straubinger: traduce la Biblia al castellano desde los mismos idiomas originales, gracias a su facilidad envidiable para las lenguas y a su profundo conocimiento de la mentalidad oriental.

Por supuesto, esto sólo no basta para afirmar que su Biblia sea ‘la mejor traducción’: no es nuestra pretensión, ni nos corresponde a nosotros juzgarlo.

No olvidemos, por otro lado, ninguna ‘traducción’ alcanzará jamás la perfección de la versión original. Sin embargo, debe la Iglesia “siempre” trabajar por acercar a los fieles traducciones y comentarios cada vez más refinados. Por eso nos alegramos de ofrecer la Palabra de Dios a través de la obra monumental de Monseñor Straubinger: su traducción de la Biblia, las notas riquísimas que la pueblan, y otras de sus muchas publicaciones.

 

BIOGRAFÍA

1883:Nace Juan Straubinger en Alemania.

1907: Es ordenado sacerdote. El mismo año, su Obispo lo envía a Roma, para que se perfeccione en Ciencias Bíblicas. Luego estudia en Tierra Santa. Terminada la guerra, vuelve a Alemania. El joven científico de 35 años, piensa dedicarse a la cátedra universitaria y la investigación. Los planes de Dios son otros. Su Obispo lo nombra director diocesano de Cáritas.

Pero Straubinger no se olvida de la Escritura, y funda el Movimiento Bíblico Popular Católico.

1937:La policía nazi acude a buscar y apresar a Straubinger. Este huye –a tiempo- a Suiza. Una vez allí, obtiene del Obispo del lugar, la autorización para permanecer sólo un año en la diócesis porque hay «demasiado clero». Proyecta dirigirse al Brasil, y comienza a estudiar portugués.

1938: Monseñor Enrique Mühn, primer obispo de Jujuy, era hijo de alemanes. Viaja a la tierra de sus padres, pasando por Suiza, y alojándose en la casa religiosa donde vivía Straubinger, al que invita a venir a su Diócesis. Straubinger tiene 55 años y no sabe castellano, pero acepta la invitación y el desafío, comenzando a estudiar la lengua que será el instrumento en su nuevo campo apostólico. Monseñor Mühn lo nombra párroco de San Pedro de Jujuy.

1939: En Jujuy Straubinger da a luz el Movimiento Bíblico Argentino. Desde allí, llega a todos los centros católicos de Argentina una modesta publicación con el título «Revista Bíblica». ¿Quién es Straubinger?, se preguntan todos. Se le tiene cierto recelo. Esto de ‘Apostolado Bíblico’ huele a protestantismo. Pero la Revista continúa saliendo. En pocos años, tenía suscriptores y corresponsales en todos los países de América.

1940:Le ofrecen la cátedra de Sagrada Escritura en el Seminario de La Plata, Buenos Aires. Allí da sus clases a los seminaristas: Sagrada Escritura, Patrología, Griego bíblico y Hebreo; además, atiende la capellanía del Hospital Italiano, y trabaja sobre la versión castellana que de la Biblia hiciera Felix Torres Amat (1825), preparando una edición de la misma. Y le añade notas explicativas extensas y riquísimas.

1944: Straubinger tiene 61 años. Ha llegado el momento en que va a comenzar la obra para la que Dios lo ha ido preparando: la traducción directa de toda la Biblia y su comentario. Casi ‘sin querer’ comenzó esta edición. Después de haber publicado los cinco tomos de la Biblia Vulgata, Straubinger pensaba descansar de sus tareas de publicista.

Una gran editorial argentina, deseando mostrar su adhesión al IV Congreso Eucarístico Nacional, quiso ofrecer al público una traducción directa de los Evangelios según el texto original griego. Straubinger rechazó la demanda por creerla superior a sus fuerzas, pero hubo al fin de acceder ante la insistencia de los editores. Septiembre de ese año vio la luz la 1° traducción argentina de los Evangelios.

1945: El éxito logrado por la bendición de Dios, impulsaba al autor y a los editores a proseguir la obra emprendida. Se puso en venta una edición de los ‘Hechos de los Apóstoles’.

1947: Le siguieron, en dos tomos, las Cartas de San Pablo.

1948: Se publica la traducción íntegra del ‘Nuevo Testamento’. Quedaba concluída así, la primera parte de la obra emprendida.

1949: Fueron primicias del Antiguo Testamento, los ‘Salmos’.

1951: se completa el Antiguo Testamento, la “primer traducción Católica Americana según los textos primitivos” (griego y hebreo). Se llamó ‘Biblia platense’.

Ese mismo año, Straubinger se despide de los lectores de Revista Bíblica, y regresa a su Patria. Al dejar la Argentina, había publicado 23 volúmenes en distintas editoriales. Escribe todo a mano, con una caligrafía clara y pareja, que deja adivinar, al igual que su trato personal, un espíritu sereno y equilibrado, un corazón habitado por la paz bíblica.

1956:No volvería a la Argentina. Resentida su salud, decidió quedarse en su amada Alemania. El 23 de marzo, víspera del Domingo de Ramos, concluía sus días sobre la tierra, este infatigable sembrador de la Palabra.

¿Cómo mejor sintetizar la vida de éste “Jerónimo de toda la América del Sur” (como la llamó la Facultad de Teología de la Universidad de Münster), sino transcribiendo las palabras con que se despedía de la Revista Bíblica, antes de partir hacia Alemania?

«Doy gracias a Dios que en estos años me ha confortado con el consuelo de las Sagradas Escrituras (Rom 15, 4) y me ha dispensado no sólo el favor de dirigir esta Revista sino también el privilegio de traducir la Biblia entera y difundir los santos Evangelios y otros textos bíblicos en más de un millón de ejemplares».

Nuevo Testamento - Mons. Straubinger

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Sabemos que la Biblia fue escrita originalmente en los idiomas hebreo, arameo y griego, y luego traducida a los distintos idiomas, existiendo, en la actualidad, muchísimas versiones en español. Cabe, entonces, preguntarse: ¿Cuál será la mejor versión de la Biblia en castellano?

Lo mismo se preguntaba el profesor William Barclay: “¿Cuál versión nos convendría más?”, Y se respondía: “No existe la traducción perfecta capaz de trasladar cabalmente las palabras de un lenguaje a otro. Cada traducción tiene algo que ofrecer”.

Sin embargo, es necesario conocer cuáles son las buenas traducciones de la Biblia al español y cuáles las menos felices. ¿No habría que dejar ésta preocupación a los estudiosos y conformarnos nosotros con cualquier Biblia Católica? No se puede. Santa Teresita del Niño Jesús, que vivía de la espiritualidad bíblica, sufría mucho a causa de la poca claridad de algunas traducciones: “Me contrista ver la diferencia de las versiones. Si yo hubiera sido sacerdote, habría aprendido el hebreo y el griego a fin de poder leer la Palabra de Dios tal como Él se dignó hablarla en lengua humana”.

He aquí una de las características de la Biblia de Monseñor Straubinger: traduce la Biblia al castellano desde los mismos idiomas originales, gracias a su facilidad envidiable para las lenguas y a su profundo conocimiento de la mentalidad oriental.

Por supuesto, esto sólo no basta para afirmar que su Biblia sea ‘la mejor traducción’: no es nuestra pretensión, ni nos corresponde a nosotros juzgarlo.

No olvidemos, por otro lado, ninguna ‘traducción’ alcanzará jamás la perfección de la versión original. Sin embargo, debe la Iglesia “siempre” trabajar por acercar a los fieles traducciones y comentarios cada vez más refinados. Por eso nos alegramos de ofrecer la Palabra de Dios a través de la obra monumental de Monseñor Straubinger: su traducción de la Biblia, las notas riquísimas que la pueblan, y otras de sus muchas publicaciones.

 

BIOGRAFÍA

1883:Nace Juan Straubinger en Alemania.

1907: Es ordenado sacerdote. El mismo año, su Obispo lo envía a Roma, para que se perfeccione en Ciencias Bíblicas. Luego estudia en Tierra Santa. Terminada la guerra, vuelve a Alemania. El joven científico de 35 años, piensa dedicarse a la cátedra universitaria y la investigación. Los planes de Dios son otros. Su Obispo lo nombra director diocesano de Cáritas.

Pero Straubinger no se olvida de la Escritura, y funda el Movimiento Bíblico Popular Católico.

1937:La policía nazi acude a buscar y apresar a Straubinger. Este huye –a tiempo- a Suiza. Una vez allí, obtiene del Obispo del lugar, la autorización para permanecer sólo un año en la diócesis porque hay «demasiado clero». Proyecta dirigirse al Brasil, y comienza a estudiar portugués.

1938: Monseñor Enrique Mühn, primer obispo de Jujuy, era hijo de alemanes. Viaja a la tierra de sus padres, pasando por Suiza, y alojándose en la casa religiosa donde vivía Straubinger, al que invita a venir a su Diócesis. Straubinger tiene 55 años y no sabe castellano, pero acepta la invitación y el desafío, comenzando a estudiar la lengua que será el instrumento en su nuevo campo apostólico. Monseñor Mühn lo nombra párroco de San Pedro de Jujuy.

1939: En Jujuy Straubinger da a luz el Movimiento Bíblico Argentino. Desde allí, llega a todos los centros católicos de Argentina una modesta publicación con el título «Revista Bíblica». ¿Quién es Straubinger?, se preguntan todos. Se le tiene cierto recelo. Esto de ‘Apostolado Bíblico’ huele a protestantismo. Pero la Revista continúa saliendo. En pocos años, tenía suscriptores y corresponsales en todos los países de América.

1940:Le ofrecen la cátedra de Sagrada Escritura en el Seminario de La Plata, Buenos Aires. Allí da sus clases a los seminaristas: Sagrada Escritura, Patrología, Griego bíblico y Hebreo; además, atiende la capellanía del Hospital Italiano, y trabaja sobre la versión castellana que de la Biblia hiciera Felix Torres Amat (1825), preparando una edición de la misma. Y le añade notas explicativas extensas y riquísimas.

1944: Straubinger tiene 61 años. Ha llegado el momento en que va a comenzar la obra para la que Dios lo ha ido preparando: la traducción directa de toda la Biblia y su comentario. Casi ‘sin querer’ comenzó esta edición. Después de haber publicado los cinco tomos de la Biblia Vulgata, Straubinger pensaba descansar de sus tareas de publicista.

Una gran editorial argentina, deseando mostrar su adhesión al IV Congreso Eucarístico Nacional, quiso ofrecer al público una traducción directa de los Evangelios según el texto original griego. Straubinger rechazó la demanda por creerla superior a sus fuerzas, pero hubo al fin de acceder ante la insistencia de los editores. Septiembre de ese año vio la luz la 1° traducción argentina de los Evangelios.

1945: El éxito logrado por la bendición de Dios, impulsaba al autor y a los editores a proseguir la obra emprendida. Se puso en venta una edición de los ‘Hechos de los Apóstoles’.

1947: Le siguieron, en dos tomos, las Cartas de San Pablo.

1948: Se publica la traducción íntegra del ‘Nuevo Testamento’. Quedaba concluída así, la primera parte de la obra emprendida.

1949: Fueron primicias del Antiguo Testamento, los ‘Salmos’.

1951: se completa el Antiguo Testamento, la “primer traducción Católica Americana según los textos primitivos” (griego y hebreo). Se llamó ‘Biblia platense’.

Ese mismo año, Straubinger se despide de los lectores de Revista Bíblica, y regresa a su Patria. Al dejar la Argentina, había publicado 23 volúmenes en distintas editoriales. Escribe todo a mano, con una caligrafía clara y pareja, que deja adivinar, al igual que su trato personal, un espíritu sereno y equilibrado, un corazón habitado por la paz bíblica.

1956:No volvería a la Argentina. Resentida su salud, decidió quedarse en su amada Alemania. El 23 de marzo, víspera del Domingo de Ramos, concluía sus días sobre la tierra, este infatigable sembrador de la Palabra.

¿Cómo mejor sintetizar la vida de éste “Jerónimo de toda la América del Sur” (como la llamó la Facultad de Teología de la Universidad de Münster), sino transcribiendo las palabras con que se despedía de la Revista Bíblica, antes de partir hacia Alemania?

«Doy gracias a Dios que en estos años me ha confortado con el consuelo de las Sagradas Escrituras (Rom 15, 4) y me ha dispensado no sólo el favor de dirigir esta Revista sino también el privilegio de traducir la Biblia entera y difundir los santos Evangelios y otros textos bíblicos en más de un millón de ejemplares».